sábado, 8 de mayo de 2010

Saber esperar

Dicen que la espera desespera, pero también es gratificante cuando sientes que “valió la pena haber esperado” y eso es la valoración que le damos a aquello que obtenemos luego de haber esperado durante ese tiempo.
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Qué mejor historia la de Ulises y Penélope, y ¿será porque las “mujeres tendemos más a saber esperar?”, yo me pregunto, ¿qué hubiera sucedido si hubiera sido alrevés la historia?, que sea Penélope quien haya partido, y no Ulises?, Ulises ¿hubiera sabido esperar por Penélope?.

Aquí un extracto de la historia:
“… Penélope da a luz un niño y Ulises no tarda en abandonar su reino, a su esposa y a su hijo para tomar parte en la guerra de Troya. Esta guerra dura diez años y la ausencia de Ulises veinte, porque terminada la guerra vive otros diez años de aventuras antes de conseguir pisar el suelo de su patria.
Llega un mensajero y comunica a Penélope la noticia de la muerte de Ulises. Ella se niega a darle crédito. Una voz interior le dice que su esposo volverá y decide esperarle siempre, ocurra lo que ocurra. Son muchos los que la pretenden por esposa. Es joven, es bella, es hija de un rey y lleva en dote otra corona. Pero ella se niega a aceptar ninguna proposición y se convierte así en el símbolo de la fidelidad, más fuerte cada vez a medida que pasa el tiempo.

(…) Ulises y Penélope, reunidos después de veinte años de separación, pasan la primera mitad de la noche contándose mutuamente sus aventuras. (…)

¿Qué sucede en esos tiempos de espera?, ¿qué hace que decidas esperar aquella persona especial para , aquella situación importante en tu vida?

Decirlo es una expresión “yo sé esperar”, hacerlo “estoy esperando”, es vivirlo, experimentarlo y basarnos en los hechos.

¿Cuántas cosas en tu vida requirieron de espera?, la naturaleza toma su tiempo para su desarrollo y su transformación, los árboles, los animales, pasar del día a la noche, toma su tiempo, todo está relacionado al tiempo y para que llegue el día o la noche, requiere esperar. Cuando los padres viven el proceso del desarrollo de su hijo o hija (nacimiento), esperan los 9 meses y en caso se adelante el parto, ¡oh maravilla!, la espera se acortó.

Obviamente todo evento esperado, tiene tiempo, y cada uno valida el tiempo estimado que le da a cada situación, así como las metas se dan en un tiempo determinado, y el proceso que se vive a diario, te hace sentirlo cada vez más cerca.

El esperar no significa inacción, que te detienes y te quedas sentado, “sin hacer nada”, paradójicamente mientras más esperas, se genera mayor necesidad de hacer, usar tu creatividad, generar actividades y es eso lo que te mantiene activo mientras esperas por llegar a esa meta, a ese objetivo, a ese deseo.

Hay una palabra que suele usarse en los consultorios médicos “paciente”, el paciente (el que va a ser atendido), que tiene paciencia, y para ser atendido tienes que tener paciencia, esperas un turno, el orden de llegada, salvo que sea una emergencia, pero aún así, si hay delante tuyo, y con una emergencia mayor, pues atenderán a ese primero y tú serás el segundo o tercero. Las probabilidades de ser atendido es única, sabes que serás atendido, por eso esperas.

Todo en la vida requiere de tiempo y hay algo que uno puede desarrollar como habilidad, es el “Saber Esperar”.

Pero dependerá de cada quien, para que determine qué esperar, a quién esperar, por qué esperar, por cuánto tiempo esperar. Las respuestas a cada una de estas preguntas las daremos cada uno de nosotros, con nuestros propios juicios y valoraciones determinaremos si realmente vale la pena esperar, así como lo podremos medir, en la medida de evaluar el resultado obtenido, ¿valió la pena haber esperado?.

Hoy te pregunto, ¿qué esperas de la vida?, ¿qué estás haciendo por esperar?, ¿estás decidido, decidida a esperar?, ¿en qué te puede ayudar tener la habilidad de saber esperar?, ¿a qué temes por esperar?, ¿qué desafíos encuentras?